Travesía en la oscuridad
Salgo a la aventura como todas las
noches. Una buena oportunidad para pasar un ratejo en el campo
observando a la naturaleza. Pero no, me encuentro aquí encerrado en
la ciudad, sin poder deshacerme de estas cadenas. Ojalá fuera todo
una pesadilla.
Me encargaron un trabajo bastante raro:
''Persigue al susodicho y si realiza alguna acción extraña,
detenle''. A saber que significaban aquellas palabras porque todavía
no he localizado a tal hombre. Empiezo a cansarme de buscar y buscar
por todo el centro de la ciudad. Borrachos a un lado, gente con
resaca al otro. Una escena digna de una película con drogas... No,
concéntrate en el curro que te mandaron.
Ajam, le encontré, no le quitaré los
ojos de encima. Vaya, parece alguien normal intentando socializar en
la fiesta. Uuuuuf, buen morreo que se pega con la mujer. Creo que
algo va mal, pero no me acuerdo el qué. Se va de la discoteca. Menos
mal, ya estaba algo asqueado con ese ambiente tan apabullante.
Increíble mi capacidad de aguante.
Este tío ya se va a su lindo hogar.
Todavía no tengo ni idea de porque me mandaron a hacer esta cosa sin
sentido. No le veo cara de culpable ni por asomo. Mejor me dirijo a
mi casa tambíen.
Antes de emprender la marcha, me
encuentro con unos lilas intentando extorsionar a una mujer para
obtener sexo con ella. ¿Aún existen estos gilipollas? Me giro hacia
a ellos para ayudarla. -¿No sería mejor que la hicieráis caso y la
dejaran en paz? ¿Tanto cuesta aceptar un no como respuesta?
-¿Quien coño eres, un héroe caído
del cielo en busca del reconocimiento de una dama?
Toda la panda de subnormales soltaron
una tremenda carcajada tras oír el comentario. Menudos...
-¿Por qué no te ríes? Únete a la
fiesta. Hay festín para todos. No nos mires mal, hombre.
-Exacto, todos podemos disfrutar del
aroma femenino- dijo otro tío gilipollas del grupo de 4.
Solté una risa totalmente forzada en
modo irónico esperando a que me quedara sin aire.
-No es mi estilo follarme a una dama en
contra de su voluntad, ya que puedo hacerlo sin necesidad de ello.
Así que ya estaís soltándola, que me están empezando a doler los
ojos de ver vuestras lamentables caras.
El fin de mi frase era el inicio para
la pelea. No es como si tuviera unas capacidades físicas
espectaculares para afrontarles, pero mi sentido del orgullo y del
deber me impiden mirar hacia el otro lado.
Vienen los dos que no hablaron
frontalmente hacia a mí. Les tanteo para probar su fuerza y técnica
con un par de golpes bien dirigidos a la cara. Vaya, estos dos son
unos mantas. Han recibido mis golpes como si hubieran sido los
mejores directos del mejor boxeador, cosa que para nada es cierta.
Les envío un par de ganchos, les cojo a los dos de la camiseta y los
arrojo con toda mi fuerza a la pared, escuchando un crack que
resonaba en el interior de sus espaldas.
-Bien, si quereís podemos ahorrarnos
dos personas más en el hospital. Llévense a sus dos compañeros y
no os pasará nada. Dejen el orgullo de lado, háganme caso, no
merece la pena sufrir un par de lesiones por demostrar camaradería
innecesaria.
-¡¡Ni hablar!!-
-¡¡Que te zurzan, gilipollas, te voy
a reventar la puta boca!!
El dicho de ''El ser humano es el único
en tropezar dos veces en la misma piedra'' es muy aplicable a esta
situación tan ridícula.
Con un par de patadas altas a su
mandibula los dejo en el suelo. Solté una carcajada- Jajajaja, en
serio, ¿ni un golpe aguantáis?
Se vuelven a levantar como unos zombis
de ese videojuego tan famoso. Intentan pillarme desprevenido,
rodeándome por delante y por detrás para alcanzarme.
Les jodo la cara a los dos con un buen
par de directos tras esquivar sus tentativas de golpes.
-En fin, con esto creo que es
suficiente.- Dirijo la mirada a la chica acordándome de que estaba
ahí.
-Ya estás a salvo, preciosa. No andes
más veces sola por la noche, que hay mucho desesperado por ahí.
-¡¡Gracias por salvarme de aquellos
hombres!!- Lo dijo haciendo una reverencia y mostrando una gran
sonrisa tras voltear la cara en medio de su acción.-¿Te lo puedo
agradecer con algo, salvador extraño?
-No hace falta. Solo pasaba por aquí y
tenía que hacer algo para impedir que ocurriera algo imperdonable.
-¿Quieres dinero, comida, una cama...
sexo?- Lo dijo mostrando una mirada algo pícara, bastante
sorprendente tras la situación vivida.
-Jeh, yo si que te debo dar las gracias
por esa proposición tan indecente viniendo de una chica tan maja.
Pero debo rechazar la propuesta. Mañana tengo trabajo.
-No quiero que te vayas así sin más.
Me siento un poco mal si no te doy el agradecimiento necesario por
salvarme- Declaró, con ojos lastimosos y muy sinceros.-¿Por qué no
te doy mi número de teléfono y hablamos más tranquilamente en otro
sitio más agradable? Quizás es que te sientas un poco presionado al
pedirme algo en este momento.-
-Déjalo, en serio. No hace falta.
Nunca he buscado alguna recompensa por mi buenas acciones.
-No puedo dejarte ir sin que te de yo
algo a cambio. Por favor, ¡pídeme lo que sea!
-¿Lo que sea? ¿Estás segura?
-Sí, por supuesto.
Menuda cara más seria que ha puesto.
Debo pedirle algo, pero no sabría que cosa puede ayudarme en un
futuro y que no fuera dinero.
-Puede ser duro pedirte esto, pero la
próxima que me encuentres, espero que te acuerdes de mi y des este
favor que me debes.
-¿Eh, estás diciendo que te dé mi
ayuda en la siguiente ocasión que nos veamos? ¿Y sí no nos
volvemos a encontrar?
-Te aseguro que te veré otra vez.
Siempre me encuentro con una misma persona dos veces. No falla esta
teoría.
-De acuerdo... Te ayudaré para la
próxima... ¿No quieres algo aquí y ahora?
-No.
-Estoy muy feliz de que me haya ayudado
una persona como tú. ¡Nos vemos!
Al fin... Parece que aún existen este
tipo personas muy amables hoy en día. No quería nada de ella pero
se esforzado para ofrecerme algo a cambio. Para ella puede ser poca
cosa, pero para mí es mucho que reconozcan mi rostro tras un tiempo,
porque no sé que pasa que tienden a olvidarse de mí.
Reanudo de nuevo la marcha hacia mi
casa, con la satisfacción de haber realizado un acto loable. Pero
como acostumbra esta noche, todavía no podía regresar a mi casa. Es
como si la niebla se hubiera vuelto tan espesa que no podía
visualizar entre ella el camino...
-Bonita manera de usar los brazos.
Escuché una voz muy suave y serena
detrás mía. Me di la vuelta para toparme con una mujer muy sombría:
Calzaba unas zapatillas de color oscuro, muy apto para actividades
físicas. Un pantalón elástico negro de una tela resistente muy
ajustado a sus piernas, que no deja duda alguna de su gran potencial
físico. Una chaqueta negra con varios bolsillos sobre su cuerpo, de
color púrpura cada uno de ellos para diferenciarlos mejor. De los
pechos hablaré ya en mi casa porque si no esta mujer tendría que
esperar unos minutos a que respondiera... Por último, tenía un
cabello liso algo largo, muy despeinado, lo cual resaltaba sus bellos
flequillos y mechones aleatorios. De cara muy pequeñita, junto a una
nariz chata y unos labios muy pequeños.
-¿Has terminado de medir mis medidas y
tal? Si quieres te presto una regla que tengo por aquí.
-Me sería bastante útil. Gracias por
la comprensión.
Nos miramos con gestos muy irónicos,
como si estuvieramos aceptando el buen gusto de nuestras bromas.
-Venga, seamos normales, yo te
preguntaré quien eres y tú me contestarás.
-Prefiero no ser normal y responderte
con un ''nos veremos'' en otra ocasión- Dice esto tras prepararse en
darme espalda y marcharse.
-¡Eh! Me has visto antes jugando con
unos tios, pero ¿qué hacías tu mirando? ¿para qué me has
hablado?
-No más palabras. Solo prométeme que
no te olvidarás de tan voluptuoso como el mío- Terminó la
sentencia riéndose al viento.
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Titulares de la mañana. Un grupo de
manifestantes se plantan en la universidad en busca de más
oportunidades laborales tras la carrera.
Fuertes lluvias en la ciudad de
Valencia que provocan el desplome de un edificio. No hubo heridos.
Se incrementa la inversión en
medicina con el motivo de buscar la deseada cura contra el Síndrome
de Inmunoficiencia Adquirida.
Tiroteo en la ciudad de Madrid en
plena madrugada a causa de un enfrentamiento entre bandas riv ales.
El presidente afirma que la crisis
ya acabó hace 3 años con la gradual subida del PIB español.
-Te lo paso a tí, Iñaki.
En deportes, el Real Madrid se pone
líder tras ganar por 4-3 al Fútbol Club Barcelona en un clásico
memorable.
(Se oye como se apaga la radio).
-Buaaaaah, que puto
sueño, parece que tuve una buena maratón de anime esta noche. Si es
que hago de todo menos trabajar en lo que me toca. Me voy a tomar una
ducha, que me siento algo sudado.
Este soy yo, Óscar
Méndez, un paria que se metió a la profesión de detective en estos
tiempos que corren. Podría haber elegido un trabajo más normal,
dependiente de unos grandes almacenes o profesor amargado de la
universidad, pero preferí arrojar todo lo que había logrado hasta
ahora para sentirme por primera vez realmente libre.
A pesar de vivir en
una casa que no es muy acogedora que digamos, al menos tengo un
cuarto de baño, una cocina y un dormitorio muy mono. Lo
estrictamente necesario en este cuchitril de 40 metros cuadrados.
Escogí ésto en
esta zona por ser estratégicamente adecuada a mis necesidades. Mis
ingresos mensuales son nulos y aún no llevo mucho tiempo en esto,
así que había que empezar desde abajo.... Desde el fondo más bien.
-Agua caliente.
Esto si que es gloria. Poder gritar todo lo que quiera sin temor a
que alguien pueda entrar en la casa y oírlo. Ahora me tomaré unas
tostadas con mi cuerpo bien brillante del jabón.
Mi día a día no
es que sea tan emocionante tal como me estoy expresando. Hace 3 meses
dejé las comodidades de la familia, distanciándome de ella para
elegir el camino que quisiera sin deberle nada a nadie. También dejé
de contactar con la mayoría de amigos y conocidos de años
anteriores. No me sentía del todo liberado hasta que pude cortar con
todo aquello. He perdido un montón de cosas pero he ganado algo que
deseaba desde hace mucho tiempo: poder ser detective y resolver casos
para ayudar a la gente.
-¡¡Itadakimasu!!
Que ricas las tostadas con mantequilla 100% de vaca. Estoy
maravillado ante la calidad de los productos lácteos. Antes eran
pura basura.
Por lo que véis
hablo solo para animar la casa. Todavía no ha entrado nadie a ella.
Debo ser un ermitaño para la sociedad.
Luego me pongo a
ojear noticias de anime y manga, para estar al corriente de estos
temas. La verdad es que esta temporada de primavera que se avecina
viene bastante fuerte, con la continuación del seinen de acción tan
épica como absurda. La primera temporada fue brillante. Una escena
que recuerdo mucho es la de la carrera de carros. El protagonista
puso piedras en las ruedas del carro del rival para retrasarle.
Menudo pillo era. Ojalá pudiera ser así en mi entorno. Sólo que me
miran como un ser extraño, cobarde, egoísta y desgraciado. Aunque
lo peor de todo es que tienen razón. Mejor voy tirando al bar...
Abro la puerta para
salir de la casa, mientras compruebo si poseo las llaves y la cartera
en mis bolsillos de este pantalón tan pasado de moda. Bajo por las
escaleras para mover las piernas y no tener que soportar al insípido
ascensor ¿Por qué la gente lo usa para todo?
Respiro el aire de
la calle lleno de humo de los coches. Otra cosa que me asquea de la
gran ciudad. Hay múltiples alternativas para evitar el que se te
pudran los pulmones por culpa de los contaminantes atmosféricos,
pero nada, interesa más tener petroleras para trapichear a gusto.
Tras recorrer unos
100 metros a la derecha de mi casa, me topo con el bar de letrero
moderno, aunque con las luces apagadas por ser de día, y entro como
de costumbre. Me encanta este local: esta puerta tosca aisla el ruido
que pueda entrar desde el exterior. Los asientos son bajos,
adecuándose a la mesa ¿O debería decir mesas chiquitillas
adaptadas a las sillas? Ese techo tan oscuro, que parece que no tiene
fin. También tiene un anuncio mío presentando mis maravillosos
servicios a la comunidad.
Esta tenebrosidad y
oscuridad del local, dando pie a un ambiente muy adecuado para mi
excentricidad, la hace mi segunda casa. La primera es la calle. El
lugar donde duermo no se puede considerar hogar con ese espacio tan
reducido...
Me dirijo a la
barra para saludar a un buen amigo mío, compañero de batallas.
Imposible no localizarlo con ese pelo tan ondulado y esa mirada tan
seria. Ni que viviéramos en Texas...
-Hey, ¿has oído
algo interesante por aquí?
-¿Te refieres a
anime o a un posible caso para ti?- Me mira en un instante mientras
está limpiando la barra.
-Venga ya,
Alfred-chan. Deja las bromas a un lado, que me quiero convertir en un
hombre hecho y derecho. Sabes que si me lo propongo puedo llegar a
ser cualquier cosa- Declaro sin reparo alguno.
-Cualquier cosa
negativa dirás. Ya te lo he dicho. Podrías haber llegado a ser una
persona influyente en el mundo del manganime en España con tus
artículos y análisis. También un currante más en la universidad
ayudando con tubos por aquí y por allá. Incluso un director porno
por tus grandes conocimientos del tema. Pero va y te metes a
detective, tu peor elección de entre todas las posibles. Que yo te
apoyo como compañeros de cosplays que somos, solo que no tienes el
talento para ser un sherlock.
-Alfredo, sabes que
necesitaba un cambio de aires y sentirme como si yo estuviera
manejando mi vida y no lo que la sociedad dicta. ¿De qué carezco
para ser detective según tú, eh?- Cojo la jarra de cerveza que él
me había acercado y me tomo un trago.
-Te veo más
perdido en la vida que una chica de 15 años que va cambiando de
gustos semana a semana. Dedícate a algo más normal y vive
dignamente. Nadie te va a mirar mal. Mírame a mí, dueño de ''La
sombra del pasado'', un bareto destinado a fracasar cuando monté el
negocio. Te dije que iba a funcionar pero tú me hiciste caso omiso y
seguiste criticándome al haber elegido el camino fácil y no montar
una página web contigo para discutir profesionalmente de anime y
sacar alguna que otra novelilla de vez en cuando- Comentó
amistosamente Alfredo tras acabar de limpiar la barra.
-¿Y lo bien que lo
habríamos pasado comentando las mierdas que salen cada trimestre?
-No te lo discuto.
Es más, no me importaría escribir textos sobre ello, pero solo a
modo afición- Manifestó Alfredo tras secar con paño un par de
vasos.
-Podríamos haber
triunfado con esa web y lo sabes. Teníamos cantidad de ideas para
innovar, pero viste que eso no daría de comer a tu familia. Que te
comprendo, pero tu mujer y tus dos hijos tendrían la misma calidad
de vida si hubieras escogido ser un crítico y escritor de renombre-
expresé con cierta resignación.
-No, no habríamos
sacado tanto dinero como crees. Aparte, la competencia...
-¿La competencia?
Una panda de niñatos enfrente de la pantalla poniendo las cosas
bonitas. Pero luego no saben nada sin su internet al lado.
-¿Ahm, que tú sí
serías alguien sin internet? Dejemos el tema mejor, que te veo
proponiendo crear la página dentro de un minuto.
-No iba a pasar
porque ya estoy concienciado en mi nuevo oficio de detective. ¿Ha
habido alguien buscando mis servicios entonces?- Señalo con un giro
de cabeza hacia el cartel donde presto mis servicios situada al lado
de la pared de la entrada al local.
-Todo sigue como siempre- Suspiró
Alfredo.
-Ya veo que nadie confía en los
detectives en estas fechas. A ver si se dan cuenta de que son
necesarios.
-Tú no eres necesario como
detective...
-¿Qué?
-Lo que oyes. Y déjame, que tengo que
servir a los clientes. Paga tu cerveza cuando te la hayas tomado.
Suelto la pasta y me bebo la birra de
un trago.-Ya me iba. Que te vaya bien-
Salgo del bar algo cabizbajo después
de la pequeña discusión con Alfredo. No es que me lleve mal con él.
Todo lo contrario, somos grandes amigos y fue el primero en enterarse
de mi decisión de convertirme en detective. Nos conocimos en un
salon manga hace 5 años y fuimos hablando y hablando hasta que nos
volvimos los más íntimos amigos. A partir de ahí, comenzamos a ir
de cosplays a varias convenciones, ayudándome con el disfraz en su
mayor parte, por no decir que me lo hacía él. No pidió nunca nada
a cambio de ello. Creo que mientras nos lo pasáramos genial nada
importaría.
A fecha de hoy seguimos como siempre,
criticando y comentando cada anime que vemos, aparte de recomendarnos
mutuamente para no perdernos nada de calidad.
Si no fuera por él quizá no sería
otaku. Quizás no habría dado este paso y seguiría amargado
haciendo algo que no me gusta. Él me enseñó a disfrutar en todo
momento y seguir el camino que yo creyera conveniente.
Esto segundo lo cumplió a rajatabla
hasta hace dos años, cuando decidió seguir el negocio del padre de
su mujer, que lo dejó por cansancio. No le veía particularme
agobiado por el cambio tan brusco. Antes ganaba su dinero por aquí y
por allá con su versatilidad. Pero ahora... Ha dejado de ser el
mismo. Quiere mucho a su familia y se siente muy responsable con el
objetivo de ganarse el pan para ellos.
Sin darme cuenta acabo en un parque de
la zona lleno de niños y no tan niños. Camino un poco para
comprobar que los columpios todavía existen... Joder, la caja de
arena. Ese era mi terreno en aquella época. Usaba bomba lodo y le
dejaba temporalmente ciego al niño de los huevos.
Tras caminar un rato entre los árboles,
me siento en un banco cercano a un estanque que se encuentra como en
una especie de rincón del parque, rodeado de vegetación urbana pero
que se asemejaba lo suficiente para darte la sensación de que no
estabas en la misma ciudad. Doblé las piernas, me relajo y empiezo a
meditar sobre mi devenir. ¿Podré vivir de detective? ¿Mi decisión
de ser libre no me llevará a ser vagabundo? ¿Conseguiré tener
novia y hijos algún día? ¿Alguien se sentirá orgulloso de mí?
Muchas preguntas me asaltan en ese momento. No puedo responder a
ninguna.
Que aburrimiento, mejor me voy a casa a
almorzar, que esto se está quedando desierto. El viento empieza a
soplar más fuerte. Va siendo hora de volver a casa.
La verdad es que había un sol
deslumbrante ahora, pero ha empezado a nublarse de repente.. Que
caprichosa es la meteorología. Estudiándola se te hace más
intrigante todavía. Yéndome del sitio veo a una chica que se va
acercando al agua del estanque para alimentar a los patos obesos de
tanto comer trozos de pan duros del día de ayer de la gente.
-¡¡Hola!!- Saludó con tremenda
alegría la chica de muy baja estatura, deteniendo mi paso
-H-hola. El cielo se ha deprimido un
poco por lo que ves.
-Ya veo- Sigue manteniendo la brillante
sonrisa del saludo.
-Y... ¿Qué haces aquí todavía? ¿No
crees que tus padres te están esperando para comer contigo?
-No soy una niña. Me llamo Patricia.
Estaba yendo hacia aquí para darle de comer a los patitos del
estanque. ¿No crees que es una tarea increíblemente bella?-Por un
momento dejé de ver su sonrisa de oreja a oreja, pero solo fue un
espejismo.
-Aaahm, entonces sueles merodear por
aquí para alimentar a los patos. Ojalá hubieran personas de tan
buen corazón como tú, Patricia.
-Me siento bien cuidándolos. -Se ríe
timidamente.- ¿A ti no te pasa lo mismo con los animales?
-Va a ser que no. Prefiero ver anime...
-¿Anime? ¿No crees que eres un poco
mayorcito para verlo?-Lo dice sin parar de sonreír, desvaneciendo
toda denotación de maldad que pudiera contener su frase.
-Nunca se es mayor para nada ni joven
para algo. Bueno, eso creo.
-Eres muy divertido, señor ¿cómo te
llamas?
-¡¡Se me ha olvidado presentarme y ya
me habías dicho el nombre!! Que desastre. Me llamo Óscar, me gusta
ver anime.
-Eso ya lo sabía- Suelta una
carcajada.
-Al menos disimula un poco-Dije algo
avergonzado.
-Que tarde es, mejor me voy yendo a
casa, que mis papás estarán preocupados de mí. ¡Adiós!
-Adiós, sí....
Ojalá me hubiera lanzado a pedirle si
podríamos encontrarnos más veces. Sé que es una adolescente, pero
necesito hablar con mujeres. No suelo ser muy abierto con ellas por
falta de aroma femenino en mi infancia y adolescencia. Empecé a
tratar con ellas ya en la universidad, pero por una cosa u otra
siempre acabé sin amigas. Terminaba confundiendo su amabilidad con
interés romántico.
Sí, he sido poco, mejor dicho nada
afortunado con temas amorosos. Quizás habría tenido una oportunidad
con mi amiga cibernética pero seguro que la acabaría cagando como
es habitual. No es como si me haya declarado alguna vez, solo que
noto la continua pérdida de interés en mi persona. Se percatan de
que no soy ese chico tan maravilloso que era de inicio.
Vuelvo a la casa para encontrarme que
todo seguía igual a como la dejé antes. Cierto, vivo solo, ¿qué
cambio iba a suceder mientras yo no estuviera?
Introduzco la pizza en el horno durante
10 minutos. Leo de mientras titulares deportivos. Nada interesante,
lo hago por costumbre tras pasar toda una adolescencia pegado a los
panfletos sensacionalistas y que no aportan nada más que peleas
entre aficiones de distintos equipos.
Oigo el pitido del horno. Recojo la
pizza y me pongo a ver un episodio de anime. Comedia. No sé porque
llaman al anime ''Rana D''. Todavía no he visto indicio de que un
anfibio tenga algo que ver en el desarrollo de la trama. Aunque la
verdad, me da igual, mientras pueda disfrutar un rato y olvidarme de
la amargura que me produce la realidad.
Tras acabar el episodio, termino de
comer, aviso de que llega la hora de trabajar en lo que toca:
sumergirme en la red para buscar casos recientes de la policía.
Personalmente apenas hay algo interesante. La mayoría son denuncias
de acoso y violencia de género. ¿Cúando aparecerá un caso de
asesinatos en serie de verdad?
Configuro el portátil para asegurarme
de no ser rastreado, empiezo a preparar diversos programas para
acceder a información oculta de la policía.
Casos de corrupción, prevaricación,
infidelidades, herencias.... Nada nuev.... ¡Espera! ¿Ésto que coño
es?
''La doncella negra''
''Abierto el informe el 5 de marzo''
Fue hace dos días el inicio de este caso. A ver de que trata.
''Encontrados dos cadáveres en el
puente de la honestidad, barriada del este de Málaga.
Fernando Casas. Hombre de mediana edad.
Encontradas magulladoras alrededor del cuello, con diversas
contusiones en el torso y abdomen, causados por un arma desconocida.
En la zona lumbar presenta una cicatriz
que rodea todo el contorno. No conocemos con precisión el utensilio
usado. Herida bastante carnosa. Debe ser reciente.
La causa de la muerte, a priori, sin
poseer los resultados de la autopsia, es un proyectil que atravesó
el cráneo desde la parte ventral, provocando una lesión cerebral.
Carlos Pérez. Otro hombre de mediana
edad. Espada apaleada, posiblemente torturado. Piel del rostro
extirpada, sin infecciones aparentes en los tejidos internos.
Cicatriz que abarca la totalidad del
tórax y la parte superior del abdomen.
Nuevamente, la causa de la muerte es
una lesión cerebral irreversible, a priori sin tener nuevamente los
datos de la autopsia. El arma fue una pistola del calibre 9mm que
perforó la frente.
No más información hasta el momento.
Caso estrictamente confidencial. No realicen movimientos riesgosos.''
-Mierda todo. Para un caso que es
interesante le ponen un filtro de seguridad que me impide obtener más
información sobre él.-
-Desmembramientos, extrañas
cicatrices, muerte por balazo en la cabeza, diversas heridas por el
cuerpo. ¿Qué es esto? ¿Obra de un asesino en serio? Si fuera así,
parece que merece la pena ser detective.-
Antes de cerrar la página y almacenar
todos los datos obtenidos del caso, observo una foto indicando que es
una de los posibles sospechosos de estos asesinatos al ser vista en
la misma escena del crimen un poco después de la posible hora de
fallecimiento de los sujetos. Posee una vestimenta totalmente negra
con un cabello oscuro que oculta su rostro. ¿Tengo sensación de
dejavú o es que realmente la he visto antes?
No importa, ya buscaré más
información esta noche debajo del puente. Espero que no hayan
limpiado mucho la zona, que estos de la policía son muy de
trastornos obsesivo-compulsivo.